Tras el asesinato de Hrant Dink y la salida de Turquía de Orhan Pamuk, vale la pena recordar brevemente como está la situación del derecho a la libertad de expresión en dicho magnífico país, y cuales son las principales amenazas que se ciernen sobre el mismo. El presente texto está hecho en base a extractos de diferentes comunicados de Amnistía Internacional. La responsabilidad por los errores es mía.
Una gota que ha hecho rebasar un vaso muy lleno. Orhan Pamuk ha seguido sin tenerlo fácil en Turquía, pese a su reciente premio Nobel, concedido el pasado 12 de octubre. En su decisión de abandonar de nuevo su país el pasado jueves 1 de febrero “por un largo tiempo”(1) ha pesado, sin duda, el aviso dejado hace quince días por el asesino del periodista turco-armenio Hrant Dink(2) en el que se leía “Pamuk, espabila, que puedes ser el próximo”, el cual no es, por desgracia, sino sólo un nuevo paso en la campaña de hostigamiento emprendida contra el escritor hace dos años.
Una gota que ha hecho rebasar un vaso muy lleno. Orhan Pamuk ha seguido sin tenerlo fácil en Turquía, pese a su reciente premio Nobel, concedido el pasado 12 de octubre. En su decisión de abandonar de nuevo su país el pasado jueves 1 de febrero “por un largo tiempo”(1) ha pesado, sin duda, el aviso dejado hace quince días por el asesino del periodista turco-armenio Hrant Dink(2) en el que se leía “Pamuk, espabila, que puedes ser el próximo”, el cual no es, por desgracia, sino sólo un nuevo paso en la campaña de hostigamiento emprendida contra el escritor hace dos años.
Esta situación que sufre Pamuk, como la que padecía Dink y siguen padeciendo cientos de personas en Turquía es algo bien conocido por las autoridades turcas, que han hecho hasta la fecha muy poco para protegerlas de forma efectiva, más allá de esporádicas declaraciones, no siempre claras, en los medios de comunicación. Para atajar ciertas situaciones no sólo hace falta poner guardaespaldas a los afectados, sino toda una política de firmeza en las medidas legales, en las declaraciones públicas y en los hechos que claramente apoyen el respeto de la libertad de expresión.
También conocen bien la situación las organizaciones que trabajan en favor de los derechos humanos en Turquía, que la han denunciado constantemente y con muchas de las cuales han colaborado a menudo de forma activa las víctimas de esta problemática.
HRANT DINK
El asesinato de Hrant Dink el pasado 19 de enero de 2007 llegó sólo cuatro meses después de que Amnistía Internacional señalara —en un comunicado hecho público el 26 de septiembre de 2006(3)— que la nueva causa abierta en aquellos días contra él por “denigrar la identidad turca” según el artículo 301 del Código Penal turco(4), parecía mostrar “una constante de acoso judicial contra el escritor por expresar pacíficamente su opinión discrepante”. En ese mismo comunicado Amnistía Internacional había hecho público también su ‘desaliento’ por ello.
El motivo de la nueva causa había sido unas declaraciones del periodista a la agencia de noticias Reuters en las que había hablado de las muertes de miles de armenios durante la Primera Guerra Mundial, en el momento final del Imperio Otomano,: “Por supuesto que digo que fue un genocidio, pues sus consecuencias demuestran que eso es lo que fue. Aquellos actos exterminaron a personas que habían vivido en este suelo durante 4.000 años”(5).
Fueron, precisamente, éstas supuestas “ofensas” y otras similares el motivo por el que su asesino justificó haberle dado muerte mediante tres disparos a la salida de la redacción del semanario bilingüe (en turco y armenio) Agos, que Hrant Dink dirigía.
Sin duda, fue la demostración palpable de lo que dijo Nicola Duckworth, directora de programas de Europa y Asia Central de Amnistía Internacional(6), tras enterarse de la noticia de su asesinato “en Turquía todavía hay un buen número de leyes severas que respaldan la supresión de la libertad de expresión. Dichas leyes, junto con las persistentes declaraciones oficiales del gobierno y de funcionarios estatales y militares condenando el discusión crítico y las opiniones disidentes, crean una atmósfera en la cual los ataques violentos puedan ocurrir”.
Las autoridades turcas pudieron hacer más para evitar esta muerte. Pese al lamento posterior por lo sucedido, no hay duda que en Turquía el gobierno está manteniendo viva una situación de confrontación contra la libertad de expresión, que pone en grave riesgo a los que se atreven a alzar su voz en contra de una cierta concepción de la historia que no permite en absoluto la crítica de la misma. Como indicaba hace poco Amnistía Internacional en un comunicado, ello ha implicado “una práctica emergente de acoso contra los periodistas que ejercen su derecho a la libertad de expresión”(7).
El del pasado otoño no fue el primer proceso abierto contra Dink, sino el tercero. De hecho, el escritor ya había sido condenado antes a una pena condicional de seis meses tras haber sido declarado culpable en octubre de 2005 por los mismos cargos de haber denigrado a la identidad turca, en una condena que ya había sido confirmada por el Tribunal de Apelación en julio de 2006 y que, por lo tanto, de haber sido declarado culpable de nuevo por el mismo cargo hubiera motivado su encarcelación. En ese caso, Amnistía Internacional lo habría considerado un preso de conciencia(8), por lo que habían invitado a las autoridades turcas a condenar de forma firme y clara todas las formas de intolerancia, y a que facilitaran el mantenimiento de los derechos de todos los ciudadanos de Turquía(9).
EL CASO DE ORHAN PAMUK
El artículo 301 del código penal turco que se invocó para abrir a Hrant Dink diferentes causas y para acusarle de denigrar la identidad turca era el mismo que ya había alcanzado una gran notoriedad internacional cuando fue invocado contra el novelista turco Orhan Pamuk(10) por unos comentarios similares a los del autor turco-armenio hechos durante una entrevista publicada por el periódico suizo Tages Anzeiger en febrero de 2005. Pamuk dijo en su entrevista que “Treinta mil kurdos y un millón de armenios fueron asesinados (...). Difícilmente nadie se atreve a mencionarlo, así que yo lo hago. Y es por eso por lo que me odian”. El caso mereció amplios titulares en periódicos de todo el mundo.
Tras publicarse este comentario, el escritor fue víctima de una fuerte campaña en su contra que le obligó a abandonar Turquía. A Pamuk se le citó para ser juzgado el 16 de diciembre de 2005, lo cual no evitó que repitiera de nuevo sus declaraciones un par de meses antes, en octubre, cuando le fue entregado el Premio de los Libreros de la Feria del Libro de Francfort (Alemania), lo que amplió aún más el eco de su situación y motivó que el Parlamento Europeo decidiera enviar observadores a su juicio.
Esa preocupación se vio acompañada así mismo por el apoyo al escritor turco de numerosos escritores de todo el mundo(11) en una declaración conjunta hecha pública el 13 de diciembre de 2005, en la que se acusaba al gobierno de Turquía de no respetar los derechos humanos. El 16 de diciembre, sin embargo, el juicio de Pamuk se aplazó hasta el 7 de febrero de 2006, en espera de que el Ministerio de Justicia turco determinara si debía aplicarse el código penal entonces vigente o el que había estado en vigor en febrero de 2005.
Antes de que se cumpliera el plazo, el Ministro de Justicia turco promovió el archivo de la causa de acuerdo con el nuevo código penal turco (un mero tecnicismo legal(12)), motivo por el cual el Tribunal de Primera Instancia de Estambul Número 2 procedió a cerrar el caso el 23 de enero de 2006(13), pese a lo cual ha continuado el acoso constante contra su persona en su país, que de momento obliga al escritor a fijar su residencia fuera de su país natal.
EL ARTÍCULO 301 DEL CÓDIGO PENAL TURCO
En opinión de Amnistía Internacional, este artículo 301, como el anterior 159 al cual sustituyó en junio de 2005, debería derogarse en su totalidad, poniendo fin así a la aplicación arbitraria de una ley mal definida, que limita gravemente la libertad de expresión.
Sus términos, muy amplios, genéricos y vagos, permiten que pueda ser utilizado contra cualquiera que se pueda entender que, de algún modo, ha agraviado la “identidad turca” (sin definirse exactamente que significa ello), a la propia república turca, al parlamento, al gobierno, a la judicatura o a los servicios de seguridad. Se puede aplicar arbitrariamente para darle carácter delictivo a una enorme gama de opiniones críticas.
Así, dicho artículo establece:
- El agravio público a la identidad nacional turca, a la República o a la Gran Asamblea Nacional de Turquía se castigará con pena de prisión de seis meses a tres años.
- El agravio público al gobierno de la República de Turquía, a las instituciones judiciales del Estado, a las fuerzas armadas o a las estructuras de seguridad se castigará con pena de prisión de seis meses a dos años.
- En los casos en que el agravio a la identidad nacional turca lo cometa un ciudadano turco en un país extranjero, la pena se aumentará en un tercio.
- La expresión de pensamientos cuyo fin sea la crítica no constituirá delito(14).
Pese a la aparente salvaguarda de la salvedad expresada en el punto 4º, no queda clara la diferencia ente ‘crítica’ y ‘agravio’ y, de hecho, no ha sido aclarada en la admisión de denuncias ni en los juicios habidos hasta el momento, en los que toda crítica, de entrada, se han entendido normalmente como ofensas en primera instancia. Para Amnistía Internacional “tratar de establecer la diferencia entre crítica y agravio es tarea harto problemática. La falta de certeza jurídica sobre la tipificación de este delito determinará que fiscales y jueces hagan interpretaciones arbitrarias del artículo”(15). Para el propio ministro de Justicia turco, Cemil Cicek “el meollo de la cuestión radica en la forma en que se interpreten las leyes”.
La amplitud de lo que puede llegar a abarcar esa norma ha implicado que se hayan abierto causas a determinadas personas sólo por haberse mostrado en contra de la versión “oficial” de la historia de Turquía, o por haber escrito artículos con opiniones negativas acerca de sus fuerzas armadas, o por haber impreso comentarios satíricos de funcionarios o funcionarias del estado o, sencillamente, por haber puesto en una carta dirigida a las autoridades el nombre de una ciudad del Kurdistán turco en kurdo... El resultado es un hostigamiento continuo y la amenaza de encarcelamiento simplemente por hablar o escribir sobre los aspectos de la historia o de la cultura turca que no se conforman con el ideal nacionalista impuesto.
Como hemos podido or viendo, la frecuencia con la que el artículo 301 se ha estado utilizando y la naturaleza arbitraria de su aplicación representan una amenaza verdadera para la libertad de expresión en Turquía y va en contra de las obligaciones contraídas por dicho país en virtud de la Convención Europea para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, los cuales ya han sido ratificados por el gobierno turco. Dichos tratados obligan a las autoridades turcas a asegurarse de que en su país se mantiene la libertad de la expresión y la misma es observada en todo lo que queda bajo su jurisdicción.
Si Turquía debe satisfacer sus obligaciones legales —y promover una sociedad civil sana en la que las ideas puedan ser expresadas y discutidas libremente— entonces debe terminar inmediatamente con los procesamientos por el artículo 301, suprimiéndolo sin demora(16).
El resultado del artículo 301 es un clima de represión en el cual la gente que se atreve a expresar sus opiniones de forma pacífica se arriesga a padecer unas serias repercusiones judiciales y un duro acoso por parte de grupos ultranacionalistas(17), que pueden desembocar en la muerte de la persona que ha tratado de hacer público aquello que piensa (como le ha pasado a Dink) o en la huida del país, como ha pasado ahora a Pamuk o a otros periodistas en el pasado(18).
MUCHOS AFECTADOS Y AFECTADAS
Los procesados y las procesadas incluyen todo tipo de personas, desde novelistas a periodistas o desde cantantes a defensores y defensoras de derechos humanos. Si bien unos, por lo general los más conocidos, son absueltos, los que lo son menos pueden continuar con problemas durante años. Así, la última causa abierta contra Hrant Dink se consideró por Amnistía Internacional como “particularmente decepcionante”, tras la absolución unos días antes, por falta de pruebas, de la novelista Elif Shafak, por cargos similares... ¡relacionados con lo que ella escribió que decían algunos personajes de su novela El bastardo de Estambul, con más de 60.000 ejemplares vendidos en Turquía!(19)
Para Amnistía Internacional dicha absolución, como la de Pamuk, había sido un paso positivo. Pero, por lo que se ve, fue excepcional. Probablemente, algunos miembros del poder judicial y la fiscalía de Turquía no interiorizan el derecho internacional, conforme establece el artículo 90 de la Constitución turca.
Pero Dink, Pamuk o Shafak no están solos. “Los cargos contra mi son absurdos” ha dicho otro encausado, Baskin Orán, antiguo miembro del Consejo Consultivo de Derechos Humanos (Human Rights Advisory Board, HRAB) del gabinete del Primer Ministro turco. “Mi libertad de expresión está siendo amordazada por razones estratégicas.”
Baskin Orán junto con Ibrahim Kaboglu (antiguo responsable del HRAB) fueron procesados por su informe sobre minorías y derechos culturales. En él se refirieron a la “gente de Turquía” y no a los “turcos”. Debido a ello, se le acusó también de haber agraviado la identidad turca. Los cargos, finalmente, fueron suspendidos, pero los dos están aún encausados por ‘incitación a la enemistad étnica’(20).
Pero hay muchos más casos. A los periodistas Murat Belge, Ismet Berkan, Hasan Cemal, Erol Katircioglu y Haluk Sahin se les imputó judicialmente por el artículo 301 debido a sus comentarios periodísticos sobre una decisión judicial que prohibía una conferencia sobre la situación de los armenios durante el imperio otomano. Cada uno de ellos se enfrentaba a unas penas de prisión entre 6 meses y 10 años. Mientras que los cargos contra cuatro de ellos se han anulado, otra vez por un tecnicismo legal, el caso de Murat Belge continúa.
Ridvan Kizguin, responsable de la Asociación de Derechos Humanos turca en la ciudad de Bingöl, ha sido también sometido a amenazas por su trabajo como defensor de los derechos humanos por la cuestión de la libertad de expresión en relación con el controvertido artículo 301. Desde el año 2001, se han incoado contra él más de cuarenta y siete procedimientos judiciales, los más recientes por “insultar al Estado”. La última de las denuncias de las cuales tengamos constancia ha sido por enviar una carta a las autoridades en la que figuraba la palabra ‘Cewlik’, que es el nombre kurdo de la ciudad de Bingöl, lo que fue admitido ha trámite por el juez que ha instruido el caso. Su caso ha sido objeto de una acción en la Web por parte de la sección española de Amnistía Internacional(21). Según el diario turco Özgür Gündem (Actualidad Libre) de 14 de octubre de 2006, el Tribunal Penal nº 4 de Diyarkabir sentenció el pasado 13 de octubre a Ridvan Kizgin a tres años y nueve meses de prisión por 'colaboración con una organización ilegal', en razón del artículo 169 del antiguo Código Penal turco.
AMNISTÍA INTERNACIONAL Y EL ARTÍCULO 301
Como hemos ido viendo, Amnistía Internacional ha ido efectuado diversos llamamientos a las autoridades de Turquía para que sea abolido el artículo 301 de su actual código penal. Sería urgente que las autoridades turcas:
- Trataran de que se desestimaran los procedimientos que aún estén abiertos contra diferentes personas a causa de dicho artículo 301.
- Trataran que el mismo fuera derogado del código penal turco.
- Aseguraran que todas las personas que han sido encausadas pueden continuar con sus legítimas actividades pacíficas sin miedo a ser víctima de más acciones de hostigamiento ni de recibir más amenazas.
- Tomaran las medidas necesarias para que los defensores de derechos humanos puedan sentirse más amparados por la ley y ser libres para supervisar en las mejores condiciones posibles la situación de los derechos humanos en Turquía, así como de informar sobre la misma.
Alfonso López Borgoñoz
NOTAS
- “Pamuk deja Turquía”, artículo de Juan Cruz publicado en la página 54 del diario español El País de 4 de febrero de 2007 y visible en Internet en El País.com (ver en http://www.elpais.com/articulo/cultura/Pamuk/deja/Turquia/elpepucul/20070204elpepicul_2/Tes).
- Dink tenía en el momento de su muerte 53 años, y era el director del semanario Agos, la única revista armenia de Turquía (con una tirada de 6.000 ejemplares) y escribía regularmente en el diario Zaman. Fue un promotor apasionado de la universalidad de los derechos humanos, colaborando en diversas plataformas con activistas de derechos humanos, periodistas e intelectuales de todo el espectro político (ver “Turkey: Turkish-Armenian journalist murdered” Comunicado de prensa de Amnistía Internacional, Índice AI: EUR 44/001/2007 -público-, News Service 12, de 19 de enero de 2007). Según se escribía en la noticia sobre su muerte “Asesinado en Turquía un intelectual juzgado por defender a la comunidad armenia” (El País, 19 de enero de 2007), Dink era un activista defensor de los armenios que había tenido que afrontar tres procesos judiciales, entre otras cosas por declarar: “No soy turco; soy armenio de Turquía”.
- Declaración Pública de Amnistía Internacional “Turquía: Ataque contra un periodista, una vez más”, Índice AI: EUR 44/017/2006, de 26 de septiembre de 2006 (Servicio de Noticias: 252/06), accesible en la Web http://web.amnesty.org/library/Index/ESLEUR440172006.
- Como veremos en una sección especial en este mismo artículo, Amnistía Internacional lleva a cabo en la actualidad una fuerte campaña por la abolición del artículo 301 del Código Penal Turco (Índice AI: EUR 44/002/2006, Action Reference: CAPA 6/6, de 28 de enero de 2006). Por parte de la sección española se ha redactado la Circular interna 069/2006 (Índice: A06906PAS.doc), sobre “Libertad de expresión. Promoción red de acciones urgentes y Acción Turquía” (con vigencia hasta diciembre 2006), que se distribuyó en el Correo semanal nº: 19/06. Hay una acción en la Web para luchar contra este artículo, que es visible en la dirección en http://www.es.amnesty.org/actua/acciones/turquia-libertad-de-expresion. Para ampliar detalles sobre la posición de Amnistía Internacional se pueden leer los informes “Turkey: Article 301: How the law on “denigrating Turkishness” is an insult to free expression (Índice AI: EUR 44/003/2006) y “Turquía: El artículo 301 del Código Penal es una amenaza a la libertad de expresión y ¡debe derogarse ya!” Servicio de Noticias: 325/05, Índice AI: EUR 44/035/2005 de 1 de diciembre de 2005, visible en http://web.amnesty.org/library/Index/ESLEUR440352005 (versión en inglés: “Turkey: Article 301 is a threat to freedom of expression and must be repealed now!”).
- Declaración Pública de Amnistía Internacional “Turquía: Ataque contra un periodista, una vez más”, Índice AI: EUR 44/017/2006, de 26 de setiembre de 2006 (Servicio de Noticias: 252/06), accesible en la web http://web.amnesty.org/library/Index/ESLEUR440172006
- “Turkey: Turkish-Armenian journalist murdered” Comunicado de prensa de Amnistía Internacional, Índice AI: EUR 44/001/2007, News Service 12, de 19 de enero de 2007. Ver más información en “Turkey: Outspoken Turkish-Armenian Journalist Murdered”, comunicado de Human Rights Watch de 20 de enero de 2006 visible en http://hrw.org/english/docs/2007/01/20/turkey15135.htm.
- Declaración Pública de Amnistía Internacional “Turquía: Ataque contra un periodista, una vez más”, Índice AI: EUR 44/017/2006, de 26 de septiembre de 2006 (Servicio de Noticias: 252/06), accesible en la Web http://web.amnesty.org/library/Index/ESLEUR440172006
- “Turkey: Turkish-Armenian journalist murdered” Comunicado de prensa de Amnistía Internacional, Índice AI: EUR 44/001/2007, News Service 12, de 19 de enero de 2007.
- “Turkey: Turkish-Armenian journalist murdered” Comunicado de prensa de Amnistía Internacional, Índice AI: EUR 44/001/2007, News Service 12, de 19 de enero de 2007.
- Para ser exactos, al principio Pamuk fue acusado por al anterior artículo 159, el cual fue sustituido en el mes de junio de 2005 por el 301.
- Entre los que se contaban autores de ideologías tan diversas como José Saramago, Gabriel García Márquez, Günter Grass, Umberto Eco, Carlos Fuentes, Juan Goytisolo, John Updike, Salman Rushdie y Mario Vargas Llosa.
- Amnistía Internacional “Turkey: Court drops case against novelist Orhan Pamuk” Comunicado público, Índice AI: EUR 44/001/2006, News Service 19 de 23 de enero de 2006.
- Ver las peripecias judiciales algo más ampliadas en el artículo sobre Orhan Pamuk de la Wikipedia (en castellano en http://es.wikipedia.org/wiki/Orhan_Pamuk).
- “Turquía: El artículo 301 del Código Penal es una amenaza a la libertad de expresión y ¡debe derogarse ya!” Servicio de Noticias: 325/05, Índice AI: EUR 44/035/2005 de 1 de diciembre de 2005, visible en http://web.amnesty.org/library/Index/ESLEUR440352005.
- “Turquía: El artículo 301 del Código Penal es una amenaza a la libertad de expresión y ¡debe derogarse ya!” Servicio de Noticias: 325/05, Índice AI: EUR 44/035/2005 de 1 de diciembre de 2005, visible en http://web.amnesty.org/library/Index/ESLEUR440352005.
- “Turkey quashes right to free expression” The Wire (Amnistía Internacional), mayo 2006, Vol. 36 nº 4 pág. 1.
- Debe recordarse que procesamientos como el de Dink y muchos otros se derivan, según los informes, de denuncias presentadas por elementos de la sociedad civil que se oponen a la abolición del artículo 301. Estos grupos han efectuado denuncias similares en el pasado para tratar de conseguir el procesamiento de los que ellos consideran que insultan a la patria turca, aunque sólo sea por verter opiniones sobre sucesos como la muerte de miles de armenios hace casi un siglo, y han organizado repetidas protestas (en ocasiones, violentas) durante los juicios, creando una atmósfera amenazadora en los tribunales. Amnistía Internacional ha denunciado estas actitudes y ha pedido a las autoridades turcas que garanticen que se toman todas las medidas necesarias para asegurar en estos casos la protección tanto de los acusados como de sus abogados y simpatizantes, así como del curso de la justicia en sí.
- El pasado 9 de agosto de 2006 Amnistía Internacional recibió una carta de la embajada turca en Londres (Reino Unido) en la que el gobierno de este país respondía a la campaña para la derogación del artículo 301 del código penal turco. Aunque la misma no trataba muchas de las preocupaciones que se habían hecho públicas, esa carta demuestra la importancia de la presión hecha al respecto por Amnistía Internacional y la importancia de continuar con la campaña (Human Rights Defenders Update, Agosto – Septiembre de 2006).
- No creemos que haya traducción al castellano. Para conocer más sobre el caso ver también el artículo periodístico de Ricardo Ginés “Elif Shafak, madre y absuelta” La Vanguardia, pág. 52, de 22 de septiembre de 2006.
- “Turkey quashes right to free expression” The Wire (Amnistía Internacional), mayo 2006, Vol. 36 nº 4 pág. 1.
- “Turquía: Libertad de expresión”, visible en http://www.es.amnesty.org/actua/acciones/turquia-libertad-de-expresion, desde el mes de junio de 2006 (también en http://ara.amnesty.org/pages/tur-161105-action-esl).
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