En el año 2006 se conmemoró el 150 aniversario del hallazgo en 1856 de un fósil de Neandertal, cerca de la ciudad alemana de Dusseldorf, en el valle de Neander. Pese al tiempo pasado, si tuviéramos que destacar algo del año que acaba de finalizar, serían las noticias aparecidas en torno a este posible antepasado nuestro. Digo posible, porque hasta hace poco se creía que su evolución derivaba de una rama de homínidos paralela a aquella de la cual nosotros procedemos —aunque, obviamente, ambas surgidas de un antepasado común—, pero con la que teníamos muy poquito que ver. Pero, quizás, están más cerca de lo que creíamos. Eso, al menos, es lo que parecen defender algunos autores en base a diferentes estudios de su genoma (y del nuestro) publicados en noviembre último en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), Nature y Science (1).
Sé que esta elección es discutible, y yo mismo podría haber seleccionado para esta sección —en la que pretendemos adentrarnos en el pasado desde una perspectiva multidisciplinar— otros temas en los que también han habido algunas interesantes novedades. Sin embargo, tal vez pocos temas —como los neandertales— sean tan sugestivos para la imaginación de los científicos que trabajan en este campo desde diferentes disciplinas, así como para el resto de los humanos modernos.
Y es que estos antiguos convecinos nuestros son el grupo extinguido de homínidos que, probablemente, ha estado más cerca del nuestro (si no contamos con aquel del que procederíamos directamente). El hasta qué punto estaban próximos era difícil precisarlo hasta hace poco. Pero, gracias a los avances en el estudio de la genómica, eso se ha facilitado. Según parece, compartimos con ellos el 99,5% de los genes y eso, sin duda, es compartir una parte muy importante de nuestras vidas.
Pero hay más. Según los trabajos publicados en PNAS y Nature, pudo haber flujo genético (gene flow) entre ambas especies, lo cual —si es sí y nos atenemos a la definición canónica de lo que es una especie— demostraría que no eran dos especies diferenciadas en sentido estricto, ya que nacieron crías viables (nosotros seríamos la prueba). Tal vez, las diferencias entre neandertales y cromañones (nosotros) sea como la que hay entre galgos y podencos, e inferior a la que hay entre burros y caballos, cuyas crías no se pueden reproducir.
Pero, si no eran dos especies, y una surge en Eurasia y la otra en África, el antecesor común a ambas también debía ser de la misma especie, lo cual revela que nuestra especie como tal debe tener, al menos, medio millón de años (si no el doble). Uno de los trabajos (PNAS) lo dice de forma suave, pero no hay duda que esta posibilidad, de corroborarse, avalaría algo la hipótesis llamada multirregionalista, que frente a la del origen único africano, defendería que los diferentes grupos humanos que habitaron Europa, África y Asia desde hace un millón de años evolucionaron en paralelo, pero sin separarse en exceso y con interacciones. En este caso, las diferencias entre neandertales, heidelbergensis, erectus, antecessor y los sapiens actuales, serían sólo raciales.
En resumen, según todo ello, tal vez los neandertales no se hayan extinguido del todo. Tal vez también lo seamos nosotros.
Alfonso López Borgoñoz
NOTAS
1.- Patrick D. Evans, Nitzan Mekel-Bobrov, Eric J. Vallender, Richard R. Hudson y Bruce T. Lahn “Evidence that the adaptive allele of the brain size gene microcephalin introgressed into Homo sapiens from an archaic Homo lineage” publicado el 7 de noviembre de 2006, en la edición online de los Proceedings of the National Academy of Sciences; Richard E. Green, Johannes Krause, Susan E. Ptak, Adrian W. Briggs, Michael T. Ronan, Jan F. Simons, Lei Du, Michael Egholm, Jonathan M. Rothberg, Maja Paunovic y Svante Pääbo “Analysis of one million base pairs of Neanderthal DNA” Nature, 444, págs. 330-336, 16 de noviembre de 2006 y James P. Noonan, Graham Coop, Sridhar Kudaravalli, Doug Smith, Johannes Krause, Joe Alessi, Feng Chen, Darren Platt, Svante Pääbo, Jonathan K. Pritchard y Edward M. Rubin"Sequencing and Analysis of Neanderthal Genomic DNA" Science Vol 314, págs. 1113-1118, 17 de noviembre de 2006.
(a publicar en Tecnociencia, enero 2006 -Madrid-)
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