Una vez acabado el año de El Quijote y de la Física ¿qué nos ha quedado a los aficionados a ambos?
Sobre el primero de los eventos citados, muchos nos habremos acercado años después —de nuevo— a la popular novela cervantina, ya sin prevenciones ante el divertido clásico, recordando una feliz estancia anterior entre sus páginas. Otros habrán llegado por primera vez, bajo diversas formas, leyendo el libro original o comentarios sobre la obra, viendo algunas de las exposiciones, comprando el DVD especial de Los Lunnis... Tal vez, cosa que ignoro, la genial obra haya vuelto a ser muy vendida. Afortunadamente, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha supo implicarse fuertemente en el tema, así como otras muchas organizaciones e instituciones públicas.
¿Lo del año de la Física ha sido similar? ¿Lo hemos vivido parecido? ¿Se han vendido bien las reediciones de las traducciones de las obras de Einstein o Newton? Mejor dicho, ¿cuántos saben si ha habido reediciones? ¿Y se ha hablado del tema por las autoridades de su comunidad autónoma, más allá de una declaración verbal somera? ¿hay DVD especial de Los Lunnis?
Pese a que es cierto que ha habido un notable esfuerzo por parte de diversas entidades y fundaciones, algunas con un cierto nivel de presupuesto, seguramente no habrán podido luchar contra gigantes, aunque sean molinos.
La percepción que todos tenemos sobre cómo se han celebrado ambos eventos —y los medios dedicados— ha sido algo diferente. Seguramente los lectores de esta revista y los aficionados a la ciencia en general habrán vivido ambos centenarios de forma similar, pero no hay duda que el resto no. Y ello no es positivo, dado que vivimos en una época en que la ciencia está tan presente en nuestras vidas. Sin duda, se debe formar bien a la gente en el conocimiento de El Quijote, muchos de cuyos valores no deben dejarse perder, pero tampoco se deben dejar caer en olvido aquellos que sustentan un porcentaje amplio de nuestro día a día.
Y no se trata de hacer victimismo. Al fin y al cabo, es normal dada la especial dificultad que tiene la ciencia para los habitantes de la península Ibérica a la hora de invertir en ella, pese al enorme potencial de su conocimiento como fuente de progreso y de futuro.
Sin embargo, aunque hace tiempo que sabemos que la ciencia bien aprendida son codos, muchos, no los hay menos, creo, en una lectura bien aprovechada de El Quijote, dada la complejidad de la obra y su tiempo. Compruébenlo.
Por cierto, el pasado enero, se cumplía el segundo aniversario de la llegada de los rovers Spirit y Opportunity a Marte. Y un añito ya del aterrizaje de la sonda Huygens en Titán. ¿Qué mejor año de la física que pensar en ello?
(Publicado en Tribuna de ASTRONOMÍA y Universo, febrero del año 2006)
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