31 agosto, 2006

¿RESPUESTAS?

Malas preguntas obtienen malas respuestas, aunque haya grandes especialistas entre quienes plantean las cuestiones y entre quienes las contestan. Lo malo es que a veces a las preguntas buenas también les pasa lo mismo. No sé si todo ello es un consuelo. Seguramente, no.

El pasado mes compartía algunos sencillos interrogantes. De dos de ellos tuvimos la respuesta justo a finales de agosto.

La pregunta de Hawking sobre ¿cómo puede la especie humana sobrevivir los próximos cien años?, recibió de su propia mano la que creemos una mala respuesta, que se resumía en ‘ir al espacio’. Si el problema de fondo es nuestra supuesta incapacidad actual para eliminar la pobreza y el hambre, sin cargarnos el medio ambiente o a otros habitantes del planeta, ir al espacio no arregla, sino que amplia el problema. Pensemos en que el descubrimiento de América o la expansión por África o Asia no acabó con las penurias de la mayor parte de los europeos (ni con las de allí tampoco). Lo de ahora sería un más de lo mismo, pero cósmico. Pero es bueno seguir dándole vueltas. Aún nos quedan noventa y nueve años y nueve meses (desde la fecha en que se planteó la pregunta) que pueden ser muy duros —aunque el ozono parezca que se va recuperando— para encontrar una solución que lo sea de verdad...

Sobre la pregunta que debía contestarse por la UAI, ¿qué es un planeta?, hemos tenido así mismo una mala respuesta, con una definición indefinida y que, además, sólo sirve para el Sistema Solar. Así, seguimos sin saber bien lo que es un planeta, con la complicación añadida de que ahora tampoco sabemos lo que es un planeta enano (sólo que Plutón y 2003UB313 lo son, lo cual no es mucho) y con la duda de si podemos llamar planetas a los exoplanetas sin que nadie nos golpee con una regla en los dedos. Un lío. Por todo ello, para nuestra mala pregunta ¿Se habrá lanzado la sonda New Horizons a un planeta y llegara a un asteroide, sin cambiar de objetivo?, la respuesta es sí y no, ya que si bien no llegará a un planeta, tampoco lo hará a un asteroide, sino a esa cosa intermedia ahora inventada gracias al ingenio definidor de los especialistas.

Sin duda, la solución de la UAI no lo es, a ningún efecto. Lo mejor hubiera sido dejarlo todo para su próximo congreso, en el 2009, en búsqueda de un mayor consenso y pericia definitoria. Pero las cosas son como son y a los melancólicos amantes de Plutón como planeta, sólo les queda de momento —como a los directivos de la Juventus— recurrir a la justicia ordinaria para tratar de recuperar la categoría.

Y es que, en el fondo, quizás lo más aconsejable sea continuar haciendo lo que me decía mi profesor al estudiar el cuerpo humano en ciencias naturales a inicios de los años setenta. Mejor no hacer tantas preguntas.

Alfonso López Borgoñoz

[A publicar en Astronomía, en Octubre de 2006)

1 comentario:

Anónimo dijo...

En primer lugar felicidades por hacer un uso razonable y a la entera disposición de todos de un medio de comunicaión creciente como internet. En cuanto a la definición de planeta, no creo que debamos darle más vueltas. Las definiciones siempre han creado más revuelo que sus contenidos. Ghandi afirmaba que no hay dos personas con la misma concepción de Dios. Siento irme por las ramas pero lo que está claro es que nadie posee ni poseerá una definición exacta al 100%. Tratar de defender la definición propia como la correcta no es más que un símbolo de búsqueda de fama y reconocimiento.
Por lo que respecta al otro tema tratado, es posible que la humanidad lleve siglos preguntándose por el mañana, por cómo sobrevivir. Cierto es que la situación actual es crítica, pero bien pudiera deberse a una información exagerada de la realidad por parte de las autoridades (Erich Fromm - El miedo a la libertad). A fin de cuentas nunca lo sabremos.
Felicidades de nuevo