31 agosto, 2013

TECNOLOGÍAS DE LA VIGILANCIA Y DERECHOS HUMANOS

QUIS CUSTODIET IPSOS CUSTODES? (Juvenal)

Cumplir el sueño de Peter Benenson, fundador de Amnistía Internacional, sobre la posibilidad de una ciudadanía global en guardia constante para la defensa de los derechos humanos en todo el mundo, parece ser ahora más sencillo de alcanzar que nunca. 

En la actualidad se puede movilizar a la opinión pública en favor de los derechos de otras personas con mucha más rapidez que nunca en el pasado, antes de que -en muchos casos- las situaciones de violencia se tornen irreversibles para las víctimas de violaciones graves de derechos humanos. Antes que, por ejemplo, la muerte les llegue o las torturas o malos tratos continúen...

También en estos momentos se ve facilitada la transmisión de información en muchas ocasiones sobre dichas violaciones más allá de las fronteras nacionales, pese a los intentos de bloqueo por parte de los estados.

Sin embargo, las nuevas tecnologías también generan nuevas maneras de violar derechos fundamentales. Y debemos trabajar con las ventajas que las aplicaciones de última generación nos proporcionan, pero también tener en cuenta los riesgos y actuar en consecuencia. 

Las grandes empresas de comunicaciones, que se sabía se habían plegado en muchos casos a las exigencias de gobiernos como, por ejemplo, el de China (ver “Mordaza a la libertad de expresión en China. El papel de Yahoo!, Microsoft y Google” -Índice AI: POL 30/026/2006-), vemos ahora que en realidad también lo han hecho ante las demandas de muchos otros, tal como Snowden ha denunciado, entre ellos todos los europeos y los EEUU, los cuales están entre los países que más información demandan a Facebook, e incluso Microsoft también reconoce las peticiones

En otros informes anteriores, Amnistía Internacional (AI) ya había documentado dicha situación, pero quizás nunca como ahora se había vivido la preocupación de un modo tan intenso a nivel global. Así, en la introducción 'La calle toma el liderazgo' de Salil Shetty, secretario general de la organización, incluida en el 'Informe Anual 2012' de AI se decía que Google y otras compañías cooperaban con los gobiernos en violaciones de derechos humanos "Las empresas digitales y de comunicaciones son objeto de un escrutinio cada vez más minucioso pues se enfrentan a la exigencia de los gobiernos de respetar leyes a todas luces ilegales, que vulneran los derechos humanos, como el derecho a la intimidad y a la libertad de expresión e información. Se ha demostrado que empresas que aparentemente se dedican a la expresión y el intercambio de opiniones (y se benefician de ello), como Facebook, Google, Microsoft, Twitter, Vodafone y Yahoo, están colaborando en la comisión de algunas de estas violaciones de derechos humanos". Así mismo, también en el año 2012, en el informe “Business and freedom of expression on the internet AI written statement to UN Human Rights Council” -Referencia IOR4100412- Amnistía Internacional decía que “the organisation has also highlighted the collaboration of businesses -including Google, Yahoo and Microsoft- in some of these violations”-).

Pese a que de nuevo algunas de las grandes empresas han intentado exculparse mediante una carta al presidente de los EEUU (enlace con más información al respecto), han habido nuevas denuncias que indican que lo hicieron sin mayor problema  o que incluso cobraron por ello. Google y otrs grandes empresas aún se opone a la voluntariedad de su cooperación, sin embargo.

Y la cosa se ha ido liando, con denuncias de espionaje entre gobiernos, con acusaciones entre gobiernos de que las agencias de seguridad de los países espiados han participado también en dichas operaciones (como las de España o Francia), y con negación de todo ello, de parte o de nada según quien hable

Y la ley se cita, pero no queda claro de que lado queda en manos de las autoridades. La ley son ellos. Nadie controla realmente a nadie (el primer juez encargado de autorizar los registros y escuchas del Centro Nacional de Inteligencia -CNI- de España,  Ramón Trillo, tenía una relación muy estrecha con este, hasta el punto de que su hija fue contratada por el centro al que debía controlar).

Y pueden que se admita que se ha ido demasiado lejos en el espionaje, pero no se admite por razones morales o éticas o de derechos humanos, sino sólo por mero oportunismo político, con unas justificaciones muy rancias. La crisis en breve quedará cerrada, seguramente, todo el mundo espía a todo el mundo y todo el mundo lo sabe y no pasa nada. Es un 'asunto' de autoridades que éstas están dispuestas a perdonarse entre ellas. Pero la ciudadanía, cuyos derechos se han visto atacados y restringidos sin defensa de nadie, quizás deba tener otra opinión... 

No se pueden ni se deben perder derechos. 

El primero es el de la libertad, y luego, si se quiere, debe ser el de la seguridad, que debe ser para afianzar el primer derecho, y no al revés. Por esa senda, si se confunde, se cae en estados policiales.

Y no hay garantías jurídicas, ni se exigen, ni nadie lucha por ellas. Los propios gobiernos se avergüenzan de lo que hacen, porque saben que no está bien. 

Si éticamente tuvieran claro que lo que hacen es correcto, cambiarían las leyes para admitirlo. Pero no son capaces. Lo que hacen está prohibido por las normas internacionales y las nacionales, pero ni dentro ni fuera de las fronteras deben rendir cuentas de sus actos.

La defensa de la privacidad, en jaque
Y luchar contra las agencias de inteligencia y las grandes empresas de telecomunicaciones para conseguir salvaguardas para nuestros derechos no es fácil, tal como indica Eric King, actual responsable de investigación de Privacy International, una organización no gubernamental (ONG) que defiende el derecho a la privacidad en todo el mundo y combate la vigilancia (y otras intrusiones) de gobiernos y empresas en la vida privada de las personas.

Para King tal vez uno de los nuevos retos, tras el éxito del Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas, sea el de luchar por una normativa internacional que permita controlar las tecnologías de la vigilancia que, sin ningún control, ahora ya están usando los gobiernos, grupos de oposición y empresas de todo el mundo.

Él precisamente lidera el proyecto Big Brother Incorporated  una investigación sobre el comercio internacional indiscriminado de tecnologías de vigilancia, que incluye datos sobre dicho tema en muchos países, entre ellos España.

Para King, se debería controlar la exportación de este material y exigirse unos mínimos en la normativa de concesión de permisos de venta similares a los que se van a plantear para el comercio de armas. 

En su opinión hay que dejar de aceptar que las agencias de inteligencia, sus actuaciones y sus responsables directos o indirectos (los gobiernos) están por encima de la ley. 

Es un hecho además que los gobiernos mienten sobre las actividades de estas agencias. King señaló como Obama había dicho que la agencia de seguridad estadounidense NSA no había sobrepasado la ley en sus actuaciones, pero que, sin embargo, 'The Washington Post' había demostrado que sí lo habían hecho y de forma reiterada.

Incluso pueden controlar las cámaras de nuestros ordenadores y móviles y grabarnos a distancia sin nuestro consentimiento (y sin enterarnos, claro)

Twitter y 15M
Algunas de las posibilidades 'respetuosas' del seguimiento de redes sociales por expertos ya se pudieron ver con la monitorización en tiempo real para una investigación científica de la comunicación por Twitter de activistas del Movimiento 15M mediante los datos libremente expuestos por dichas personas en esa red social. 

Los datos permitieron ver a los investigadores todos los flujos de información exactamente de dónde partían y a dónde iban a parar, así como cuándo. 

Pero en esta investigación académica, financiada con fondos europeos, hubo un respeto total por la privacidad de los usuarios y usuarias de la red social cuyos mensajes o tweets se estudiaron. Sólo se trabajó con datos que eran públicos.

En este vídeo se ve una representación visual de los tweets o ‘mensajes’ intercambiados entre usuarios envueltos en el movimiento 15M. fue seguida en tiempo real por miembros del Instituto Universitario de Investigación en Biocomputación y Física de Sistemas Complejos de la Universidad de Zaragoza, así como de otras universidades, como la de Barcelona (enlace al estudio). 

Empresas y programas dedicados a la vigilancia
Pero hay muchos ámbitos mucho menos respetuosos y escrupulosos con los derechos. El ‘Gran hermano’ de Orwell ya no queda tan lejos. El nivel de escrutinio de nuestras actividades que permiten las nuevas tecnologías de vigilancia a los gobiernos y organizaciones que las usan es sorprendente, pese a que muchos ya sospechábamos que era enorme  (ver este diccionario del espionaje digital)

Y lo mejor para las entidades que las utilizan es que están fuera de todo examen público y no deben rendir cuentas a nadie… Se gestionan por agencias de vigilancia gubernamentales y sus actividades suelen carecer de un marco legislativo adecuado que permita un mínimo control judicial o de cualquier otro tipo. Sólo están en manos sus actuaciones secretas directamente de los responsables de las propias agencias de inteligencia y no informan de lo que hacen a nadie más que a los gobiernos de los que dependen.

Y ese es el punto fuerte de esas tecnologías para los que las controlan y el punto débil para los que trabajan a favor de los derechos humanos en todo el mundo, debido a que su uso puede poner en grave riesgo las actividades y la vida de muchas personas u organizaciones que los defienden en todo el planeta.

Dos ejemplos de empresas de vigilancia: Gamma International y Trovicor
Hay empresas, como Gamma International, según Privacy International, que han desarrollado aplicaciones que permiten interceptar SMS y controlar la ubicación de los teléfonos móviles de miles y miles de personas en un momento dado, y situarlas en tiempo real de forma precisa en un mapa en un área no mayor de dos metros de distancia. Una visita a su página web nos permite tener una cumplida información del enorme alcance de su capacidad de implementar tecnologías de la vigilancia adecuadas a cualquier cliente (sea una dictadura o una democracia) en cualquier parte del mundo, para lo que el mismo desee, sea esto lo que sea. .

Mediante su programa FinFisher, aplicación espía que se instala en ordenadores (ya sea en objetivos determinados o de forma indiscriminada en un país) y que tiene la capacidad de tomarlos bajo su control y capturar fácilmente todos sus datos (incluso los encriptados) así como sus comunicaciones por Internet o por voz (puede interceptar llamadas por Skype o enviar un registro cada vez que se teclea el ordenador ). El programa se describe a sí mismo como una “solución tecnológica para la intrusión gubernamental y la monitorización remota”. ¡Se comercializa –en atención a su posible público- en versiones en árabe, inglés, alemán, francés, portugués y ruso! No nos consta si en español también… Hay campañas para detectar su uso en todo el mundo.

No hay en la actualidad articulada ningún tipo de defensa global contra este tipo de tecnologías, que se exportan sin problema a decenas de países donde hay graves violaciones sistemáticas de los derechos de su ciudadanía como Egipto, Bahrein y otros, pero también (así mismo sin control) a muchos países de la Unión Europea, tanto en la actualidad como en el pasado reciente. 

El pasado 12 de marzo, la ONG Reporteros sin Fronteras nombró a Gamma International, Trovicor, Hacking Team, Amesys  y Blue Coat  como las cinco “Corporaciones enemigas de Internet”, describiéndolas como empresas “mercenarias de la Era Digital” por su venta de productos que han sido o están siendo usados por gobiernos para violar los derechos humanos y la libertad de información. 

Aunque recomendamos pasarse por las páginas web de todas ellas, y buscar las denuncias contra las mismas efectuadas por diferentes organizaciones no gubernamentales (ver al final de este texto la nota 1), en esta ocasión de entre las cinco citadas, además de a Gamma International sólo destacaremos a Trovicor, cuyo curioso lema es “Haciendo del mundo un lugar más seguro”. Sus ventas y programas de ayuda y formación en Bahrein y otros países (junto con Gamma Internacional) han sido denunciadas ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD) el pasado mes de febrero por las organizaciones Reporteros Sin Fronteras, Privacy International, el European Center for Constitutional and Human Rights, el Bahrain Center for Human Rights y Bahrain Watch  por colaborar en la violación de los derechos humanos en dicho país

Es curioso comprobar que Trovicor  pese a las graves denuncias en su contra, ¡tiene un amplio código de responsabilidad social en su web!.

La vigilancia en EEUU y el Reino Unido
Gracias a las denuncias de Snowden, se ha avanzado mucho en el conocimiento de las prácticas de vigilancia en muchos estados y de las graves violaciones de derechos cometidas por los mismos. En especial han salido a la luz pública los casos de actividades de agencias de los EEUU y del Reino Unido, aunque también en menor medida de otros estados, como Alemania.

En EEUU, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés)con una cifra de 35000 trabajadores y 10.800 millones anuales de presupuesto (lo que es una enormidad de gente sólo en esta agencia -hay más, como la CIA y otras sólo en los EEUU- dedicada al espionaje de todo el mundo en todo el mundo, sea amigo, enemigo o indiferente, según publicaba en su página 1 The New York Times International Weekly del jueves 14 de noviembre de 2013), usa un programa propio de vigilancia electrónica en masa (de alto secreto hasta hace poco) llamado PRISM (enlace a información de Amnistía Internacional y enlace con información de Wikipedia) que tiene como objetivo el seguimiento electrónico de personas que viven fuera de los EEUU, aunque también su vigilancia incluye a estadounidenses que mantienen contacto con personas del extranjero. Los datos ‘capturados’ incluyen correos electrónicos, vídeos, chat de voz, fotos, direcciones IP, notificaciones de inicio de sesión, transferencia de archivos, detalles sobre perfiles en redes sociales... 

Otra aplicación de vigilancia estadounidense es XKeyscore, que, como PRISM, permite, entre otras cosas, captar sistemáticamente las actividades de todas las personas que usan Internet, accediendo clandestinamente a los mensajes de importantes redes sociales, a operadores de almacenamiento y transferencia de datos y a proveedores de servicios de mensajería electrónica. Es capaz de rastrear y leer el contenido de correos electrónicos, mensajes públicos y privados en Facebook y otras actividades en redes sociales, así como el historial del navegador, e incluso detecta la nacionalidad de los que los escriben, mediante la investigación de sus giros idiomáticos.

En el Reino Unido el Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno (GCHQ, por sus siglas en inglés) usa otro programa llamado Tempora. Para su uso, se ha precisado y precisa de la colaboración de empresas de telecomunicaciones como BT, Verizon Business, Vodafone Cable, Level 3, Global Crossing, Viatel e Interoute (más información del original en alemán). Tempora usa sistemas clandestinos de vigilancia electrónica de datos, y puede llegar a guardar millones de llamadas durante varios días (mientras se van explorando), así como todos los mensajes electrónicos de su país durante treinta días.

Desde las Naciones Unidas
Las Naciones Unidas también se están preocupando por este fenómeno de vigilancia global sin control por parte de los gobiernos y su grave impacto en la libertad de expresión.

Según señaló Marcelo Daher (de la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos), hay prácticas de vigilancia en todas las regiones, saltándose la ley, con intromisión arbitraria en todos los medios de comunicación, y con un impacto serio en el trabajo de muchas personas y organizaciones que defienden los derechos humanos, así como de periodistas, de empresas y, se puede decir, de todo el mundo. 

Los deseos de escrutinio de lo que está pasando se enfrenta a la gran resistencia a trabajar de acuerdo con la ley y a la rendición de cuentas pública de estas agencias de inteligencia, que son apoyadas siempre por sus gobiernos. 

La vigilancia además es extraterritorial en muchos casos, lo que comporta que su aplicación colisiona con el derecho internacional. 

Las medidas de vigilancia y control son desproporcionadas con los objetivos que se persiguen alcanzar. Incluso es una limitación seria para el propio trabajo de los diplomáticos.

Como es obvio, a los estados les parece bien su propia vigilancia, pero les molesta que les vigilen el resto de países, incluso sus aliados teóricos. 

Hay, sin duda, una necesidad urgente de prestar más atención a este tema, en favor de la protección del derecho a la privacidad.

¿Tecnología por encima de la ley?
El uso indiscriminado de estos programas de vigilancia no es legal, pero las agencias de inteligencia se sitúan a sí mismas, ante la pasividad de las autoridades de todo tipo, en un supuesto plano superior dados los ‘secretos’ intereses de ‘seguridad nacional’ que dicen defender los que las controlan (ver también este enlace).

Pero esto no puede seguir siendo así. 

Estas tecnologías pueden ser tan peligrosas para los derechos de las personas -y para sus vidas en muchos casos- casi como las armas, y no pueden estar encima de la ley. 

Debe exigirse el cumplimiento escrupuloso de la normativa de derechos humanos, que es la principal aliada de la seguridad de las personas en todo el mundo, y no la que preconizan las agencias estatales de seguridad. 

Principios Internacionales sobre la Aplicación de los Derechos Humanos a la Vigilancia de las Comunicaciones (2)
Una enorme red de organizaciones, preocupadas por el uso de estas tecnología, hicieron público el pasado 10 de julio de 2013 unos Principios Internacionales sobre la Aplicación de los Derechos Humanos a la Vigilancia de las Comunicaciones.Entre las entidades firmantes estaban, entre otras muchas, Privacy Internacional y Reporteros Sin Fronteras.

El problema de las vigilancia electrónica para Amnistía Internacional
Para Amnistía Internacional, que también está muy preocupada y le ha dedicado una sesión en su última Reunión del Consejo Internacional (una especie de asamblea global de la organización), hay que estar atentos a las posibilidades que brinda a la labor en favor de los derechos humanos los nuevos sistemas de comunicación que se van desarrollando en todo el mundo, al tiempo que se sigue velando globalmente por el mantenimiento y salvaguarda del derecho a la libertad de expresión, de información y a la privacidad e intimidad. Se han realizado varios comunicados al respecto, que se pueden ver este agosto y julio en las páginas de noticias de la Sección Española.

Y no sólo ello en el ámbito de los nuevos sistemas de comunicación, sino también en el de los medios tradicionales, por lo que denuncian las prácticas de los gobiernos en contra de dichos derechos (enlace con más información).


Notas
1.- Mucho se puede decir también de las tres empresas restantes. En breve, recordar que que uno de los lemas de Hacking Team (entre otros) es precisamente ‘Los datos interesantes nunca están en las webs, están en los aparatos’. De Amesys vale la pena mencionar que desde el pasado mes de julio está siendo investigada judicialmente en Francia por complicidad en violaciones graves de derechos humanos al haber proporcionado al régimen libio de Muamar el Gadafi los medios tecnológicos para identificar la voz de los disidentes y sobre Blue Coatque ha vendido equipos a Siria, China y Sudán para facilitar el bloqueo de Internet, aunque también lo ha hecho a muchos otros países.