Una historia de muñecas
rusas. La verdad es que esa es la única manera que tengo de leer los libros.
Cualquier libro. Por eso me gustan los de historia y ciencia en general. No me
es posible seguir una sola línea en cualquier texto, que sea medianamente
bueno, sin encontrarme un enigma o rompecabezas que me engancha
y que debo seguir, llegando en la persecución de cada uno de ellos a olvidar el
hilo por donde empecé el ovillo liado en el que acabo. Muñecas rusas con
muñecas más grandes en su interior.
No entiendo sino tratar de saber muchas cosas
incluso de historias menudas, no porque alcance a ello, sino porque no puedo
dejar de tratar de conocer todo lo que puedo sobre cualquier cosa que cae en
mis manos.
Este libro es sencillo, sólo trata de historias
de Castelldefels, más o menos pequeñas en muchos casos, y de algunos caminos
que su lectura y estudio me han llevado. Historias breves y curiosidades casi
inocentes en ocasiones. Hechos minúsculos, que me han divertido o despertado mi
curiosidad. Desordenados y anárquicos. Como yo. Seguramente liaran a la persona
que las lea, pero espero que a alguna le distraiga alguna parte del texto.
El libro es deudor de los muchos buenos libros
sobre arqueología e historia local y de otras ciudades de la comarca que se han
hecho en los últimos veinte años. Trabajos serios y concienzudos, que han
significado un real aumento del conocimiento del mundo que vivimos en el área
que se contempla desde el campanario de la iglesia del Castillo de
Castelldefels. Un área grande, hermosa, con playa y montaña, con gentes que la
han habitado desde hace miles de años y de las que poco a poco cada día vamos
sabiendo más.
Queda un libro por escribir sobre las historias
de los muchos brigadistas internacionales que vinieron a Castelldefels. Son unas
historias que llegarán, porque la vida de aquellos hombres merece la pena
tratar de contarla y, sin duda, que sea recordada.
Gracias a Josep Campmany, Javier Clemente, Joan
Daura, Alberto López Mullor, Jorge Navarro,
Montse Sanz y Jaume Tous. Mucho de lo escrito está casi literalmente
copiado de sus libros, de sus escritos, de sus conferencias. Mejor que leerlos
ha sido poder gozar de su compañía y de aprender en sus charlas.
Gracias también a la Wikipedia, una de las
mayores contribuciones del genio humano al avance del conocimiento, al poner en
manos de los lectores de todo el mundo, pese a todos los problemas, casi toda
la información posible sobre casi todos los temas gracias al trabajo de miles
de personas anónimas y voluntarias, que aman divulgar y conocer, lo que
significa ser capaces de entender de forma crítica la información que nos
llega.
Gracias así mismo, por último, al Grup de Recerques Històriques de
Castelldefels, por ese amor, desde la independencia, por conocer y trabajar
más la historia de la ciudad, desde todas las formas posibles. Por esa
maravillosa gente que conforma y ha conformado sus juntas, que desde el
silencio y el trabajo duro y continuo, ha permitido ir recuperando poco a poco
fragmentos importantes y significativos de la memoria de esta pequeña y
maravillosa parte del mundo que es el pueblo en el que vivo.